Jugando con el esquema corporal y las emociones

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Hace poco mi pequeña se vio obligada a pasar unos cuantos días en reposo, y cuando digo reposo me refiero a no poder andar, por lo que libros, puzzles y pinturas se han hecho indispensables en nuestra casa. No lo hemos llevado mal, ya que este tipo de juegos suele estar entre sus preferidos, sin embargo, sentí la necesidad de hacer su convalecencia un poco más amena, por lo que amplié su biblioteca y me hice con algún que otro juego con el que pudiese entretenerse. Tengo que decir que amig@s y familiares nos han ayudado en este sentido, por lo que recursos no nos han faltado.

Uno de los juegos que ha llegado a nuestra casa lo elegí porque creo que mi pequeña está en un periodo sensible para trabajar el esquema corporal. Para llegar a esta conclusión me he basado en los siguientes indicios:

  • Grandes esfuerzos por representar la figura humana de forma más completa. Estamos en la etapa del «cabezudo» o «renacuajo», los brazos salen de la cabeza y las piernas del cuello. No muestra interés por el tronco (tampoco corregimos o guiamos sus dibujos, simplemente dejamos que se exprese con libertad), pero sí se ha vuelto más perfeccionista con los rasgos de la cara (aparecen las pestañas, las cejas y las sonrisas en la boca).
  • Análisis de las partes de la cara. Cuenta ojos, narices, orejas, bocas…
  • Simula dibujar caras en nuestros rostros.

Teniendo en cuenta este interés, cuando casualmente me encontré con este material no pude resistirme a comprarlo.

Imanactiva es un juego de la Editorial Nadal-Arcada compuesto por una lámina en la que aparece la silueta de un rostro y varias piezas para completarla. Todas las piezas están imantadas, lo que impide que se muevan del lugar escogido. La edad recomendada por el fabricante es a partir de 3 años, nosotr@s nos hemos adelantado un poco, pero pienso que las edades recomendadas son sólo una orientación, ya que depende de cada niñ@ que sea más o menos adecuado. Únicamente soy muy prudente con los juegos que contienen objetos pequeños que puedan acabar en la boca, pero nosotr@s ya hemos pasado esa etapa, por lo que ya sólo me fijo en los contenidos y el uso que pueda hacer mi hija de los distintos materiales.

En cuanto lo vio, mi pequeña mostró interés por manipularlo y empezó a crear diferentes caras intercambiando las piezas. A ella le encantó, y yo, por mi parte, destacaría los siguientes aspectos:

  • Un juego excelente para trabajar el esquema corporal.
  • Favorece el desarrollo del lenguaje. En nuestro caso trabajamos palabras nuevas como «rubi@» o «moren@». Además invita a la descripción, por lo que aparecerán cantidad de adjetivos.
  • Permite trabajar las emociones. Aunque de forma un poco limitada (los rasgos no dan pie a mucha variedad en este sentido), permite atribuir diferentes emociones a los rostros creados, lo que da lugar a reflexionar sobre qué acontecimientos pueden haber llevado a los personajes a sentirse así.

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  • Fomenta la creatividad, al menos en nuestro caso, ya que mi hija acabó creando seres con varias bocas y tres o cuatro ojos.

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  • Como aspecto a mejorar, bajo mi punto de vista, destacaría la escasa diversidad, echo en falta una mayor variedad de rasgos faciales  y de tonalidades de piel.

Por lo tanto, en mi opinión, un interesante juego con el que divertirse y aprender, además de favorecer la conversación. A nosotr@s nos ha hecho pasar buenos ratos en unos momentos un poco difíciles.

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